0 Orgullo y satisfacción

Son cuarenta y seis años de tradición que ha cargado en sus hombros, cuatro décadas y más de fervor y cultura que este personaje no piensa abandonar por ahora, son muchos años de entusiasmo que ha dado a Santo Domingo de Guzmán, muchos años que no van a ser heredados por nadie. 

Después que terminan las fiestas, Don Oscar se siente cansado pero orgulloso de haber cumplido otro año más con la tradición y lo único que le toca hacer es guardar y olvidar por un buen tiempo al otro personaje que cada mes de Agosto invade su cuerpo para cumplir  una  de las mayores tradiciones de su vida, no solo siendo Oscar Ruiz sino como el Cacique Mayor de las fiestas patronales de Managua. Así quedan almacenadas y resguardas en el ropero de su casa los instrumentos que hacen enaltecer al otro personaje que penetra su cuerpo durante dieciocho días de Agosto.

No hay ni habrá nadie que pueda remplazar a don Oscar, no habrá otra persona que pueda igualar años de cultura, de fe, amor y devoción por su santo, más que él. Aunque otro llegara a usurpar su trono, nunca se igualaría a este famoso personaje, porque a pesar de todos los obstáculos que tiene que pasar para poder ser el Cacique Mayor, siempre está buscando la manera de cumplir con su promesa aunque sea escasa. Un personaje inigualable que siempre vivirá en la memoria de quienes lo conocieron por poseer un papel exuberante y colorido, siempre será el Cacique Mayor de las fiestas patronales de Managua.